Es imposible determinar las circunstancias por las que se abandonó la talla, en la que no se aprecia más que el esbozo cincelado de la escena del sacrificio del toro, sin ninguno de los elementos adicionales que se representan habitualmente acompañando la tauroctonía, por lo que se podría pensar en un boceto o, como se ha sugerido, una prueba fallida por una estimación errónea del tamaño de la placa en relación con las figuras que tuviera que representar. No parece ser esta última la solución más probable porque no es imprescindible que aparezcan todas las figuras del repertorio y porque si se hubiera querido agregar alguna, podría haberse ejecutado en primer plano sin problema. En consecuencia, debemos admitir con resignación que no podemos conocer las razones por las que la talla no fue finalizada.

El pequeño tamaño del relieve y su estado inacabado podrían conducir a una posición cautelar sobre el alcance de este monumento como expresión del mitraísmo local. Ciertamente no puede considerarse como icono central de un mitreo por su tamaño, tal vez se trate de un encargo particular relacionado con una devoción privada, o incluso de un trabajo aprendiz; en cualquier caso, recuerda mucho a la pieza conservada en los Museos Capitolinos (Vermaseren, CIMRM, I, 350/351), cuya composición permitiría pensar que en la de Italica cabían los elementos adicionales en caso de haber existido la intención de incluirlos (Fig. 2.02.01.01). Por sí solo no permite afirmar que Italica tuviera una comunidad mitraica, pero lo hace probable, ya que fuera panel o relieve cultual (y no altar, como dice Romero Mayorga), el encargo tenía un objetivo religioso.

El siguiente documento no contribuye al conocimiento de los materiales relativos al culto de Mitra en Hispania por su dudoso carácter mitraico. Además, otros supuestos testimonios no contribuyen a mejorar la imagen del mitraísmo italicense, pues todos han sido descartados por las razones que se expresan en el lugar correspondiente del capítulo “Fuera de Catálogo” (FC2.02.03 y 04).